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martes, 12 de agosto de 2008

Esposa y amante, al mismo tiempo


Hola mis amigas mias, les comento que a mi correo personal ha llegado una carta amigas queridas, que me conmovió profundamente por su contenido

La carta corrobora lo que yo siempre he dicho en todos mis escritos, en el sentido de asegurar solemnemente que la mujer está preparada para amar de mil maneras, pero también para sufrir de muchas formas porque ella quiere.

Veamos el caso de Diana:

“Doral, le escribo esta carta para que me ayude por favor, mi vida es un infierno y no sé cómo salir de él. Estoy hecha un manojo de nervios constantemente, vivo en una diaria y repetida angustia, tristeza, decepciones y frustración, no sé qué me pasa Doral, siento que vivo en un infierno sin puertas de salida para mí, ayúdeme por favor.

Hace algún tiempo, un día cualquiera de mi vida, se me ocurrió meterme a un Chat, sin ninguna mala intención, más que distraerme un poco y me encontré con un chico con el que crucé apenas unas cuántas palabras: “Hola, de dónde eres”, y como vivíamos relativamente cerca me pidió el número telefónico, le di el número de mi oficina, porque pensé que nunca me llamaría, pero a los 5 minutos mi teléfono ya estaba sonando, y a partir de ese momento, empezamos a tratarnos de una manera muy especial.

Dos meses después vino a conocerme personalmente, estuvimos un fin de semana juntos y desde luego que todo fue “encantador”. Siento que esto hubiera sido perfecto si ambos fuésemos solteros, pero he allí el problema Doral, que los dos somos casados, y “supuestamente” tampoco ninguno de los dos andábamos buscando pareja, ni nada por el estilo.

Mi esposo se fue de viaje, y un año después es que yo conocí a esta persona, aunque él nunca me prometió nada, yo me enamoré demasiado, aunque posteriormente tuve que irme a vivir al lugar donde se encontraba trabajando mi esposo y desde entonces no he podido retomar el control de mi vida, caí en una depresión muy fuerte, he estado tomando terapias psicológicas. Alejandro (así se llama mi amante), y yo no nos vemos desde aquella vez, pero hablamos todos los días por teléfono, y cuando le pregunto porqué acepta que yo le llame, me dice que porque lo hago sentir muy bien, que me extraña, pero nunca me promete dejar a su mujer y a mi tampoco me gustaría dejar a mi esposo, aunque ya no lo amo, él y yo ahora somos dos amigos que viven y se divierten juntos, pero no hacemos el amor más que una o dos veces al mes… no puedo, cuando él me toca se me contraen los músculos y no logro ni siquiera excitarme o lubricarme.

Cuando estaba en depresión muy fuerte, él me hacía el amor aunque yo le decía que no quería y creo que eso me traumó porque me sentía violada y sentía que traicionaba a Alejandro. Sé que eso suena tonto y ridículo, pero así me siento.

Estoy saliendo de mi depresión y me estoy adaptando de nuevo a la sociedad, pero sexualmente no he podido lograrlo, no se que hacer estoy desesperada, pasa el tiempo y no logro trascender esto tan feo que siento.

Cuando yo conocí a Alejandro tenia sólo 3 años de casada y actualmente llevo 10, o sea que he vivido en un infierno por 7 años. El haber cambiado mi residencia a otro país y todo este problema, han ido retrasando la idea de decidirme a tener un hijo, que creo me ayudaría mucho para salir de mi estado anímico.

Mil veces me he propuesto que ya no le llamaré, que ya no le escribiré y termino haciéndolo, todo eso me produce coraje, mismo que me induce a imponerme castigos muy fuertes por ser una mujer tan débil. Alejandro dice que a veces está muy confundido, debe ser porque soy diez años menor que él, en cambio mi esposo es 18 años mayor que yo.

Ayúdeme por favor Doral, ya ve que hay quienes piensan que “ser la otra” es muy fácil, aquí les dejo una muestra de que no lo es tanto. ¿Qué debo hacer para sacar a este amor de mi mente y cuerpo. Gracias. Su amiga, Diana”.

Concluye esta carta enviada por: “Tomy” (Playita Encantada), pidiéndome sea publicada como un testimonio de que vivir una doble vida no lleva a la mujer a nada bueno, y que todas aquellas mujeres que están atravesando por el mismo caso, deben hacer un esfuerzo supremo por soltar esos apegos tóxicos y destructivos en beneficio de su vida y de su propia familia.

Espero sus valiosas opiniones, que seguramente ayudarán muchísimo a nuestra amiga Diana.

Mis respetos y cariño,

Doral.

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